miércoles, 25 de octubre de 2017

Mis cinco personajes femeninos favoritos de los videojuegos

Últimamente se está hablando mucho sobre el papel de la mujer en el mundo de los videojuegos. Un servidor, buscando reivindicar su figura en este medio, ha escrito este artículo, inspirándose otra vez en Víctor del Amo, de cuyo estupendo blog os dejo el enlace a continuación: http://elvuelodelcuervofunebre.blogspot.com.es/

En esta entrada me dispongo a enumerar a aquellos personajes femeninos del videojuego a los que considero mis favoritos, así como a comentar el porqué de su elección. Algunas de las condiciones de este quíntuple podio femenino son las que siguen. En primer lugar, solo una por saga o franquicia. En segundo lugar, las mujeres que lo forman deben se originarias del videojuego, y no de películas, comics, libros u otros medios. En tercer lugar, que quien esto escribe haya jugado a sus juegos.

Y ya, sin más dilación, empiezo el artículo en sí, ilustrado gracias a la inestimable colaboración de cinco dibujantes de España. Aviso desde ya que habrá destripes importantes de sobre el argumento de varios juegos:

5. Lucatiel de Mirrah, de Dark Souls II (2012)

Lucatiel de Mirrah, por Ana “Zaiisey” Viana

En Dark Souls II nuestro protagonista viaja a lo largo del reino de Drangleic con un objetivo en mente: hallar una cura para la maldición del no muerto. Durante este peligroso recorrido, en nuestro camino hacia la Fortaleza Perdida, uno de los caminos que podemos elegir es el del Muelle de Nadie. Si elegimos esta ruta, poco antes de llegar al embarcadero, al lado de las ascuas de la hoguera, nos encontraremos con una misteriosa enmascarada apoyada contra la pared.

Si intentamos hablar con esta reservada figura, al principio no tendremos mucho éxito. Sin embargo, si insistimos en conversar con ella, la desconocida se sorprenderá de que no nos hayamos asustado ante su máscara. Es entonces cuando nos revela su identidad: Lucatiel de Mirrah. Espadachina procedente de una tierra meritocrática famosa por sus caballeros, Lucatiel ha llegado recientemente a Drangleic. Tras haberle caído en gracia con nuestro valor y cordialidad, Lucatiel se ofrece a ayudarnos en batalla cuando estemos en apuros.

La guerrera no tardará en cumplir su palabra, y luchará a nuestro lado contra el Centinela Flexible, lo cual nos permitirá acceder a la Fortaleza Perdida. En una de las torres del lugar, volveremos a encontrarnos con Lucatiel. La caballero, con una mayor confianza y apertura, nos irá revelando más datos de su pasado. Así, tras despojarse de su máscara, sabremos su principal motivo para visitar Drangleic: buscar la cura de la no muerte, maldición que ella padece al igual que nosotros, tal y como demuestra la Señal Oscura alrededor de su ojo izquierdo.

Según vamos avanzando por Drangleic, nos iremos reencontrando con Lucatiel, aunque de forma menos seguida. Su ayuda será de gran utilidad en numerosos combates, tal y como contra la Pecadora Perdida, el Demonio de la Fundición o El Podrido. En paralelo, sin embargo, la maldición irá haciendo cada vez más mella en ella, nublando su memoria y haciéndole perder sus recuerdos. La guerrera, durante las conversaciones que mantenemos con ella, acabará por mostrar desesperación y terror ante la idea de perderse a sí misma y olvidar quien es.

La épica batalla contra el Rey del Marfil Quemado será el último combate en donde Lucatiel nos apoyará. Tras ello, asistiremos impotentes a su canto del cisne. Ante el Torreón de Aldia, nos encontraremos por última vez con ella. Está confusa y apenas recuerda nada. Sin embargo, sí que es capaz de reconocernos e incluso darnos las gracias por haberla ayudado a mantenerse cuerda, conversando y luchando a su lado. Será aquí donde Lucatiel, tras entregarnos sus armas, sabedora de estar a punto de sucumbir, nos hará una petición: recordar su nombre. Tras esta súplica, la guerrera desaparece y no volvemos a saber de ella.


Los juegos de la saga Dark Souls destacan a nivel argumentativo por el trágico destino de buena parte de sus personajes. Lucatiel no es una excepción a esta regla. Sin embargo, esta guerrera tiene una particularidad frente al resto: su periplo vital muestra al jugador de cerca el drama que significa convertirse en no muerto y, andando el tiempo, en hueco. Su maldición, además, no nos deja de ser mostrada como un trasunto del Alzheimer, lo que hace de su experiencia algo todavía más terrible.

Aparte de todo esto último, es importante señalar la presencia de Lucatiel, además de por lo trágico, también por lo épico. Con un aspecto que recuerda a los espadachines del Siglo de Oro y los mosqueteros de Dumas, Lucatiel sin duda nos brinda un buen apoyo a lo largo de nuestras andanzas. Y no solamente como guerrera (y particularmente en nuestra primera partida), sino también como conversadora. No en vano, ella es una de las pocas personas con las que podemos tratar amigablemente en el decadente Drangleic, siendo más que agradable tratar de vez en cuando con esta mujer leal, galante, generosa, valiente y hábil, por nombrar alguna de sus virtudes.   

Homenaje a Lucatiel de la cantante Lincoln en el canal de VaatiVidya

4. Sniper Wolf, de Metal Gear Solid (1998)

Sniper Wolf, por Thetrashpeople 

La saga Metal Gear tiene unas cuantas mujeres memorables. Y pese a haber estado dudando si incluir en este top particular a The Boss en vez de a la francotiradora de Foxhound, finalmente la segunda se ha llevado el puesto. Algunas razones para ello: incluir una villana en este artículo, haber aparecido Wolf antes que Boss, ser el punto de partida sobre el que Snake Eater desarrollaría la lucha contra The End…  

En Metal Gear Solid, el agente Solid Snake es mandado a Shadow Moses con dos objetivos: impedir que los terroristas que han tomado la isla sean capaces de lanzar un ataque nuclear y rescatar a los rehenes que estos han secuestrado. Según va avanzando la misión y poco después de reencontrarse con su aliada la soldado Meryl Silverburgh, Snake y ella se verán emboscados por Sniper Wolf. Esta letal francotiradora herirá a Meryl con un disparo para obligar a salir a Snake fuera de cobertura.

Incapaz de enfrentarse con las armas que en aquel momento dispone contra Wolf, a Snake no le quedará otro remedio que volver sobre sus pasos. En unos momentos de gran angustia, frustración e impotencia para el jugador, toca volver a casi el principio del juego, localizar la armería y hacerse allí con un rifle de mira telescópica con el que enfrentar a la mujer que hirió a Meryl. De vuelta en el lugar de la emboscada, Snake ya puede enfrentarse a Wolf con garantías de éxito.

Sin embargo, y tras un duelo en el que parecía el vencedor, Snake cae en una nueva trampa. Wolf no solo ha sobrevivido a la lucha con él, sino que lo captura y lo lleva ante los mandos terroristas. 

Tras conseguir escapar a la tortura de Revolver Ocelot, derribar un helicóptero Hind D hostil y sobrevivir a una lucha contra enemigos con camuflaje óptico, Snake llega a un bosque nevado. Ya está muy cerca de detener el Metal Gear, el tanque con capacidad nuclear que los terroristas planean usar para hacer valer sus amenazas.

Pero de entre los copos de nieve, surge un balazo que le hiere superficialmente. A través del dispositivo radiofónico Codec, Sniper Wolf confirma a Snake que ella ha sido la que le ha dado. La inminente pelea entre ambos soldados la intentará detener el ingeniero Hal “Otakon” Emmerich, pues este es amigo de Snake y está enamorado de Wolf. Sin embargo, el científico se ve incapaz de frenar a la terrorista, decidida a matar a Snake a toda costa.

Tras un segundo duelo, en esta ocasión Sniper Wolf acaba mortalmente herida. Mientras agoniza, la francotiradora le relata su pasado al hombre que la ha vencido. Le cuenta que es kurda, y que ya desde niña conoció el horror de la guerra: siempre perseguida por sus raíces y con sus familiares y amigos muriendo a su alrededor. Pese ser sacada de tan penosa situación por Big Boss, ella nunca olvidaría que el mundo dio la espalda al genocidio kurdo. Por ello, tras convertirse en soldado de élite de Foxhound, no dudo en sumarse a la revuelta de Shadow Moses, deseosa de vengarse de la humanidad con armas nucleares.
Tras esta confesión, en la que incluso llega a arrepentirse de la asesina en que se ha convertido, le pide a Snake un único favor: que la remate. Solid, sabiendo que ya nada puede hacer para salvarla por la gravedad de sus heridas, le concede su deseo y le da un tiro de gracia.


Metal Gear Solid muestra al jugador que los monstruos no nacen, sino que se hacen. Y el caso de Sniper Wolf es uno de los más paradigmáticos. A través de su figura, se muestra que el odio solo engendra más odio, así como una de las partes más crudas de la guerra dentro de un juego que ya es de por sí tremendamente antibelicista. En este sentido, todo el júbilo y regocijo que hemos sentido momentos antes al vencer a Wolf, cuando sabemos quién es realmente durante su agonía, desaparece. En su lugar, pasamos a sentirnos mal, pese a no haber tenido otro remedio que actuar tal y como lo hemos hecho.

Pese a que Wolf era, además de asesina, adicta al diazepam, sádica (tal y como demuestra con su risa o marcándole la cara a Snake para señalarlo como su presa) y en buena medida misántropa, no por ello dejaba de tener sus virtudes. La más obvia era su paciencia, al ser capaz de esperar a sus objetivas oculta y quieta en un mismo sitio por días, pero hay más. El amor e incluso adoración (correspondida) que mantenía con los lobos es una de ellas. Tampoco se puede dejar de decir que bajo tanto odio, Sniper Wolf todavía era capaz de albergar sentimientos nobles. Y no solo por su arrepentimiento final, sino también por sus interacciones con Otakon, joven que le llegó a profesar un gran cariño y que consiguió ver más allá de ella para descubrir que no era tan malvada como podía parecer.    

Escena de la muerte de Sniper Wolf,
prueba fehaciente de que no hacen falta
grandes gráficos para crear buenos juegos

3. La amazona, de Diablo II (2000)


Ya dejando de lado a los personajes secundarios, y entrando en el terreno de los protagónicos, toca hablar de Diablo II. En este juego, nuestra misión era detener a Diablo, Señor del Terror y poderoso demonio que planeaba desatar una gran oscuridad sobre el mundo. Para tal misión, se nos daba al principio del juego la opción de elegir entre cinco personajes (siete en la expansión Lord of Destruction). 

Uno de ellos era la amazona, guerrera con gran dominio sobre la lanza y el arco. Esto hacía que esta heroína fuera bastante versátil, pues el jugador podía adaptarla a su personal estilo de lucha: cuerpo a cuerpo, combate a distancia o un punto intermedio entre las dos modalidades anteriores.

Un servidor concretamente escogió combatir casi exclusivamente con arco y flechas y la experiencia fue enormemente disfrutable y divertida: un mundo enorme que vas descubriendo poco a poco mientras vives un buen número de aventuras, más si cabe cuando consigues potenciar tus habilidades y tus flechas con fuego, congelación o veneno. 

Pero no fue solo una buena experiencia en lo que se refería a batallar, sino también en lo referente a la amazona. Así, esta guerrera no era un mero avatar en manos del jugador, sino que tenía personalidad propia. Esta se podía ver en las frases que iba obsequiando al jugador a medida que su cruzada contra el mal iba avanzando. Así, un ejemplo muy significativo lo tenemos cuando matamos al monstruo Radament. Al acabar con este engendro que habitaba en las cloacas de Lut Gholein mientras se alimentaba de sus habitantes, nuestro personaje acaba diciendo “Atma ha sido vengada”, tras haber hecho justicia por la única superviviente de una de las familias depredadas. Y sin embargo, en paralelo a esta actitud heroica, el personaje no dejaba de tener un sentido del humor irónico y sarcástico un tanto pillo o canalla. Así, justo antes de levantar el cerco de Harrogath, tras matar al monstruoso general Shenk “El que todo lo ve” y hacerlo volar en mil pedazos junto al campamento de sus demonios, la amazona suelta “Ups. ¿He sido yo?”.   
  
2. Blackrose, de .Hack (2002-2003)



La saga .Hack tenía la peculiaridad de ofrecernos un juego dentro de otro juego. En ella, nos poníamos en la piel de Kite, adolescente que, por sugerencia de su amigo Yasuhiko, se creaba un personaje en The World, el RPG de realidad virtual en línea del momento. Sin embargo, en la primera partida que hacen Kite y Yasuhiko juntos, el desastre se sucede: el segundo es atacado por el extraño monstruo Skeith y, en la vida real, acaba cayendo en coma.

Desesperado por el destino de su amigo, Kite vuelve a The World para buscar respuestas e intentar encontrar una cura. Es en ese preciso momento cuando conoce a Blackrose. En un principio, esta jugadora se presenta como una veterana del videojuego y le propone ir junto a ella de aventura a la zona “Oculto, Prohibido, Suelo Santo”.     

Sin embargo, una vez que llegamos allí, la verdad se hace evidente: Blackrose es tan novata como Kite. Tras un ejercicio de sinceridad de la jugadora, los acontecimientos se precipitarán: el famoso jugador Balmung les avisa de que la zona no es segura y que corren peligro. Acto seguido, cumpliendo el funesto vaticinio, aparece ante ellos un monstruo corrompido por virus. Mientras Balmung intenta proteger a los dos novatos, Blackrose, llena de rabia, se lanza al combate contra los datos corruptos.

La situación, que bien podía haber dejado al trío de jugadores hospitalizados en la vida real, acaba felizmente: el Brazalete del Crepúsculo se une a la muñeca de Kite, dando al adolescente el poder de la Absorción de Datos, única arma conocida capaz de acabar con los monstruos infectados y prevenir nuevos colapsos fuera del juego.

Con este nuevo poder,  Kite se propone desentrañar el misterio en torno a The World y los siniestros comas. Pese a confesar estar asustada de acabar también ingresada y conectada a una máquina, Blackrose no se amilanará. Más bien al contrario, pues pese a su temor, se une sin dudar a Kite en su búsqueda. Y es que tiene un buen motivo para ello, tal y como le confesará en el futuro al portador del Brazalete: su hermano Kazu cayó en coma en “Oculto, Prohibido, Suelo Santo” y ella estará dispuesta a hacer todo lo posible para curarlo. De ahí la rabia que la poseyó en aquella zona.


La primera vez que nos encontramos a Blackrose, la reunión no es todo lo buena que debería. La joven nos da la impresión de ser un tanto mandona, malhumorada, broncas y creída. Empero, según la vamos conociendo a lo largo de la saga, vamos descubriendo esta apariencia no es sino una máscara para ocultar su miedo. Miedo que, por cierto, pese a sentirlo, lo enfrenta y vence, ya no solo por ayudar a su hermano, sino a Kite y a todo aquel que la necesite. Esto último a mí me encanto por la humanidad que le da al personaje. 

También hay que añadir que, pese a ser un personaje un tanto irascible, no deja de tener sus virtudes. Además del ya mencionado heroísmo y la confrontación de sus miedos, también hace gala de amabilidad, determinación y también de una lealtad a prueba de balas hacia Kite. Con este, además, Blackrose experimentará una relación que va evolucionando poco a poco a lo largo de la saga. Primero como compañeros de armas, luego como verdaderos amigos y, aunque apenas se llega a ver dentro del juego, hay unos pocos indicios de que en el futuro podría haber algo más entre ellos. Este es otro de los puntos que me gustaron mucho del personaje: el realismo de su relación con el coprotagonista de la trama, no de un día para otro, sino paulatinamente.

En .Hack se hacen las misiones en equipos de tres, con Kite siempre figurando en ellos y el resto de miembros, salvo ocasiones especiales, se nos dan a elegir a nosotros. Pues bien, en términos de jugabilidad, Blackrose se nos presenta como una muy buena baza para ir avanzando en la aventura. Personaje del tipo “Espada Pesada”, la joven blande mandobles de un más que considerable tamaño que la convierten en una temible adversaria en cuerpo a cuerpo. Si a esto se le suma un buen manejo de algunos hechizos y curaciones, se puede argüir que Blackrose es una aliada ideal para aventurarse en The World y tener bien cubiertas las espaldas.

1. Yuna, de Final Fantasy X (2001)

Yuna, por Blanca Sobrino

La saga Final Fantasy también tiene unos cuantos personajes femeninos memorables. Pero de entre las entregas que ha jugado este servidor (VII, VIII, IX y X), para el artículo he escogido a la protagonista de la décima.

En Final Fantasy X el mundo de Spira se ve bajo la constante amenaza de Sinh, un colosal monstruo que arrasa cuantas ciudades se cruzan en su camino. Las gentes de Spira solo tienen un modo de defenderse de este cataclismo viviente: los invocadores. Estos magos blancos son los únicos con la habilidad de convocar a los Eones, poderosos espíritus capaces de plantar cara a Sinh y detener su de otra manera imparable avance.

Es en este contexto cuando Tidus, prometedor atleta de la ciudad de Zanarkand, se encuentra en el pueblo de Besaid con Yuna. Esta joven pretende convertirse en invocadora y poder así interponerse en el camino de la monstruosa amenaza mundial. Para ello, iniciará un peregrinaje por el mundo que la fortalezca y le dé el poder de llamar a los Eones para luchar junto a ellos contra Sinh. Tidus, deseoso de volver a su hogar y saber que ha sido de su padre, se unirá a la odisea de Yuna por Spira a modo de guardián o escolta de la maga.

Como muy bien comentó en su blog Bellandy, la cuestión de quien trata la historia de Final Fantasy X puede ser muy debatida, pues aunque todo lo vemos desde la compartida perspectiva novedosa de Tidus, el peso de Yuna en la trama es ciertamente indudable. Debates aparte, la maga blanca desde su primera aparición en pantalla llamará la atención del jugador: agotada pero triunfante tras haber logrado la adhesión de Valefor, el primer Eón en unirse a ella.  

A medida que va avanzando el viaje de ambos personajes, más y más vamos conociendo sobre Yuna. Esta combina una personalidad tranquila, consoladora, gentil y educada, con una humildad y sencillez que contrastan en mucho con el propósito mesiánico que se ha encomendado a sí misma y del que tanto esperan el resto de habitantes de Spira. Sin embargo, tal y como cualquier ser humano que se embarcase en tremenda misión, manifiesta dudas a lo largo de su aventura. Al principio, el jugador y Tidus lo achacan a estar la joven bajo la constante sombra del difunto gran invocador Braska, el padre de la protagonista. Sin embargo, más adelante se sabe la verdad: su misión es inmolarse contra Sinh, la única manera que hasta la fecha se ha encontrado para derrotar a la criatura. Y lo que es peor: esta victoria solo será temporal, pues tras haber sido derrotado, Sinh acabará por recuperarse para asolar Spira una vez más. No obstante, ese tiempo de paz entre medias es demasiado monumental para no buscarlo, por lo que Yuna está dispuesta a dar su vida para conseguirlo.

Así, el carácter mesiánico de la misión de Yuna brilla aquí con más intensidad todavía, pues para salvar al mundo debe sacrificarse por él. Y por si todo esto no fuera ya lo suficientemente difícil, su peregrinaje le hará replantearse muchas cosas. Por un lado, sobre la religión de Yevon, la deidad de Spira, y su clero. Por otro lado, sobre el amor, con una relación muy bonita que se va cimentando y construyendo poco a poco con Tidus. Y, sin embargo, pese a todas estas cuestiones, Yuna no renunciará a su deber para con la humanidad y seguirá hacia delante, aunque el empeño le vaya a costar la vida. Es esa determinación y valor uno de los puntos más fuertes de su personalidad, estando la invocadora dispuesta a todo con tal de derrotar a Sinh.

En Final Fantasy X el jugador deberá combatir contra todo tipo de monstruos mientras el viaje avanza con tres personajes a la vez. Jugar con Yuna en tu equipo implica, por un lado, una muy buena opción defensiva y, al mismo tiempo, una muy buena estrategia ofensiva. Para empezar, sus capacidades como maga blanca son ideales para restablecer la salud de tu equipo y curar estados alterados como envenenamiento, ceguera o petrificación. Ahora bien, Yuna aporta al grupo un poder ofensivo muy a tener en cuenta: los Eones. Con su invocación, Yuna es capaz de desencadenar una auténtica lluvia de destrucción sobre los enemigos que le salen al paso, ya sea bajo el poder de un elemento u otro, como el fuego de Ifrit o el hielo de Shiva. Y lo que es más importante: es el único personaje jugable con esta habilidad. En definitiva, un personaje muy a tener en cuenta durante las batallas que libremos.

Yuna practicando el rito del Envío para
permitir a las almas de los difuntos descansar en paz; 
en mi opinión, una de las escenas más solemnes 
y majestuosas del mundo de los videojuegos 



Espero que os haya gustado este artículo. Antes de concluirlo, aquí va una pregunta: ¿tenéis algún personaje femenino favorito en el mundo de los videojuegos?

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